Asociación de Hombres Solitarios de Villa Urquiza
La misma sensación, como calcada de la ultima vez, el malestar posterior de una noche larga, la luz colándose por la persiana y bajando lentamente por la pared..... Todo eso me hacía saber que las horas no iban a ser cortas, que el día no pasaría rápido y por supuesto que hoy era Domingo.
Como era habitual me tomaba unos minutos para extrañar lo que antes odiaba..... En realidad ahora que lo pienso bien solamente me molestaba... pero como distinguirlo en ese momento? Los recurrentes mensajes con preguntas, con frases cursis que siempre buscan ser correspondidas, esas salidas sin ganas.... subirme al auto transitar la general paz.... ir al parque, a patinar, al cine, a comer.... en fin creo que se entiende. Hoy en estos minutos que lo pienso, siendo único dueño de mi tiempo, el embajador de mis horas, me doy cuenta que me sobran.... me sobran demasiadas, tantas que me ahogan de aburrimiento y así lo único que se puede hacer es extrañarla. A esta altura se podrá pensar que el relato es depresivo por de mas, cosa que creo cierta pero es la realidad.... además el relato es gratis y gratis es mejor que arriesgarse a comprar un libro malo así que continuemos.....
Intentando ocupar mi tiempo decidí ir a correr al parque sin contar con la fortuna de encontrarme en el camino al turco. El turco era uno de personajes extremadamente amistoso y confianzudo, tanto que unos minutos de más en su presencia se tornaban tortuosos, pero sin apuro alguno escuche lo que tenia para decir.
Hablo de
todo… y cuando digo de todo es literal y a una velocidad que hacía imposible
seguir su discurso sin perderse. De todas formas hice foco en algo de todo lo
que dijo…. Que me pareció carecer de sentido alguno, comento que se dirigía
hacia “la asociación”…. A “la Siberia”….
--- Venite, dale no seas gil, es divertido – me dijo
con una seguridad absoluta.
Que otra cosa
podía hacer? Correr por el parque? Con todos esos ciclistas con esas
desagradables calzas ajustadas, andando en manadas, en hordas de estúpidos
hombres disfrazados….NOO, esos malditos me habían sacado las ganas de quedarme
un segundo más en el parque. Por eso que decidí acompañar al Turco hasta este
sitio.
Al entrar nos
recibió el Ruso Petrov, de los más simpáticos personajes que conocí, un hombre
muy cordial y bien predispuesto, supongo que por eso estaba en la entrada. El
Ruso se encargo de contar de qué se trataba el asunto:
--- Pibe esto es
sencillo, acá venimos tipos solos, solitarios para los dramáticos, al pedo para
los mas duchos… no pienses cosas raras que no somos maricones ni nada de eso.
Sabe que pasa pibe, nos sobra el tiempo y no queremos pensar todo lo que
hicimos mal, todo lo que nos trajo acá sin que eso no sirva para nada oooo... a
veces ni siquiera queremos hablar de eso, solo queremos divertirnos…
directamente no pensar.
Parecía no
explicar mucho el Ruso, a la vista te dabas cuenta que no era un pibe, tenía
sus batallas. Es que en ese salón había hombres de varias edades todos
interaccionando de manera tranquila, tratando de divertirse y pasar el rato….
Truco, charlas de futbol, de minas, de películas, de autos, partidos en directo,
alcohol, picada…. Era un descanso para los recuerdos, para los bajones, para
esos tristes estados de ánimos.
Me sume por
suma curiosidad a la ronda, algunas veces (los más guapos) contaban historias….
Casi siempre de porque terminaron solos…. Yo creí que era un antro de la
depresión, pero descubrí que hay formas muy cómicas de encontrarse con la
soledad, además esas anécdotas, según el Ruso, tenían fines didácticos y
educativos. Se buscaba que ningún miembro cometiera un error siquiera similar
al expresado en los relatos.
Sabrá ya el
lector que varias fueron mis concurrencias. Ese primer domingo el tiempo paso
rápido, no me sentí solo, no me sentí tan mal. De todas maneras sabia que el
tema no estaba solucionado, pero era un alivio, un aliciente…. Y además que
otra cosa podía hacer.
Con el correr
de los días fui conociendo otros miembros y sus historias…… el gordo willy que
se enamoro de la madre de su novia, el flaco Páez que se enamoraba de todas, el
tarta Ruiz…. El tarta jamás llego a decirle a una mujer nada romántico sin que
esta se aburriera de esperar que terminara una palabra, en fin historias
sobraban y tiempo también.
Por problemas
edilicios nos tuvimos que trasladar de nuestro querido salón de la calle Ibera
a la plaza de la calle Larsen, en Villa Pueyrredon, pero por identidad
conservamos nuestro nombre intacto. Nuestro nuevo refugio compartía espacio con
una cancha de bochas y por ende con varios ancianos de la zona que pasaban su
tiempo libre jugando a su tan querido tute, escoba de quince, las bochas y el
truco…. Eso si ninguno de la asociación se animada a desafiar a los
experimentados viejos a un truquito. Algunos se colaban en nuestras reuniones a
divagar o dar una opinión de experiencia, entre ellos, estaba el muy recordado
Don López. A él se le ocurrió la idea de nuestro libro de relatos “ el libro de
los lobos solitarios de la Siberia” es que, a pensar del viejo, no todos
quieren contar lo que les paso y no siempre todos queremos escuchar los temas
de otro… era un sesgo en donde fallaba nuestra pequeña comunidad. Con la idea
de López esto era menos notable, muchos escribían sus anécdotas, sus historias
sin ningún inconveniente…. Algunos ya los traían escritos para poder hacerse de
otros para leer en ese tiempo, luego el viejo los recopilaba y dejaba a
disposición de todos nosotros.
Funcionaba de
maravilla, estábamos mas alegres, de a poco superábamos eso que nos entristecía
y formábamos un lindo grupo. Cada tanto venia un “nuevo” a cuestionar nuestra
asociación, así como nuestros amigos, conocidos y familiares que sabían de su
existencia…. Que es imposible estar solo en la vida…. Si te juntas con
depresivos te deprimís mas…. aprovecha que estas soltero y dejate de joder con
esos boludos…. Como vas a ir a un lugar donde no hay minas??? …..por que los
domingos??? Estos y otros cuestionamientos eran escuchados cada tanto. Por
suerte el profe Bernardi no dejaba duda alguna a los nuevos y a los más
antiguos que flaqueaban. El decía que el domingo es el día más triste, el que
estadísticamente más suicidios tenía en la semana, respecto de las minas
aclaraba que el centro de la cuestión problemática jamás debía estar en la
solución en el corto plazo, nadie estaba obligado más que por su voluntad a
participar. Explico con maestría que un solo y un soltero no son lo mismo
(aunque algunos desconfiaban y no se animaban a decirlo) para Bernardi el
hombre solitario, no quería serlo, era cosa del destino, la fortuna y la puta que
lo pario… algunos por errores cometidos habían conseguido la soledad y otros
solo la encontraron a la vuelta de la esquina. El soltero era otra cosa, quería
otras cosas, no se arrepentía en lo mas mínimo de su condición, ES MAS (gritaba
señalando al cielo, o al techo a veces) muchos disfrutan de ella y no les
importa infortunar a otros con sus placeres efímeros y sus mentiras para
conseguir tales fines. Nosotros , para el profe, estábamos aprendiendo a no
equivocarnos más para encontrar entre todas a ella, la que perdimos, la que
queremos, la que tal vez ni conocemos todavía….. Ellos, en cambio, no saben lo
que quieren aun y tal vez un día sean uno de nosotros. Nos dijo que era cierto
que nadie está solo…. Pero entonces como es que uno se siente de esa forma?
Muchos ante esas preguntas al aire del profe respondíamos las estupideces que
se nos ocurrían: que los amigos se cansaban de escuchar nuestros bajones, que
todos nos respondían “ya va a pasar”, no siempre tu familia estaba disponible
para algo tan poco importante… Fiel a su estilo Bernardi no daba respuesta
alguna solo asentía y sonreía ante las nuestras, así nos hacia meditar un poco ….
Era un tipo muy bueno de mucho conocimiento, Tito (el encargado de las bebidas
por excelencia) me comento que luego de que su mujer falleció en un accidente el
profesor comenzó a asistir a las reuniones, según el Ruso es uno de los
fundadores mismos, la verdad… nadie la sabia.
Un día
ocurrió lo que estábamos temiendo cuando lo vimos tan deteriorado, el viejo López
se fue a ver a su Argentinos Juniors al cielo, aunque según él, en su juventud
había roto muchos corazones enamorados y para su creencia le esperaba el
infierno sin lugar a dudas, donde los partidos de fubol se ven en diferido
con respecto a la transmisión de radio y siempre te empatan sobre la hora.
Viéndosela
venir me había dejado a cargo su tesoro, su idea, “el libro de los lobos…”. Lo
copie a un formato más actual, para dejarle a Lopecito, el Don de la Paternal,
el manuscrito original que tanto lo entretuvo en sus últimos días. Ya ni
recordaba el frio sentimiento que me llevo a estar en la asociación, aullando
con los lobos, me preocupaba mas por que otros logren lo que yo, esa
tranquilidad. Un día realice una edición aniversario del libro y se la lleve al
negro dolina (un autor muy querido por nosotros, por la mayoría) para que lo
firme, al ver el índice que mostraba títulos como:
_ A cuantos rechazos
estoy de conocerte
_Como me gustaría
quererte como cuando no te conocía
_A vos te quiero pero a
tu hermana la amo
_La hija del carnicero
te quiere dar
_A Ramos no vuelvo más,
a Ciudadela menos
_Pequeño manual para
conocer chicas
_ La tercera es la
vencida, no te miento más
_Perdón la vencida era
la cuarta
_Te quiero de Retiro a Constitución
ida y vuelta en hora pico
_Mucha lluvia, mucho
gastu (solo para entendidos)
_Promesas que no voy a
cumplir (el ballet de las almas enamoradas)
_Que me van a hablar de
amor!!!
Dolina leyó
rápidamente algunas historias cortas, hasta llego a pedirme una copia para tal
vez leer alguna historia al aire en su programa. Con las piernas temblando ante
tamaña falta de respeto tuve que negarme.. el libro era nuestro, de la
asociación que teníamos y de nadie más. Sonrió con mi respuesta, como
entendiendo todo y ensayo un pequeño prologo para adjuntar a ese ejemplar. Esas
cosas no se olvidan, como tantas otras.
Era una
fiesta los días de despedidas, es que el fin era el que vagamente definía el
profe, era encontrarla y algunos lo hacían, ese día no había nada más que
festejar los logros de nuestros esfuerzos, que un compañero deje su condición y
encuentre su compañera era nuestra mayor alegría, un impulso para soñar que ahí
afuera también estaba la nuestra esperando y que no se podía fallar, no de
nuevo….
Como una
jugarreta del destino, que no puede ver al hombre tranquilo y feliz, porque lo
bueno se tiene que terminar para serlo. A nuestro reducto cayeron un día “Los
solteros de Pueyrredon” aduciendo problemas edilicios también, aunque para el
Ruso y para mi había intenciones más oscuras en sus mentes.
Con esto
empezó nuestro fin, los solteros desvirtuaban nuestras reuniones apareciendo
ebrios de sus largar giras nocturnas(cosa que Bernardi repudiaba con demencia)
mezclando sus relatos vacios para molestar a los oyentes, a veces también
robándose historias del libro para contar a sus amantes haciéndose pasar por
hombres que conocían el amor, o simplemente para chamullar minas en los bailes.
Poco a poco
lo que habíamos construido fue perdiendo sentido, los miembros del grupo comenzaron
a desaparecer, a volver de donde habían venido. El que escribe se había
encariñado mucho con esta Asociación, secta para algunos ignorantes, nuestra logia,
las reuniones y su gente. Por eso es que fui uno de los últimos en abandonarla
y se me concedió el honor de escribir el ultimo relato del libro, este relato,
para que los solitarios sepamos que hay segundas oportunidades, aunque el pesimismo
sea nuestra moneda corriente, arrepentirse sirve, cambiar también, que no nacimos
para estar solos, que es inevitable encontrar nuestra compañía, nuestra
compañera…….aunque hoy es domingo, las horas no quieren pasar y nuevamente me
siento solo.
“Si pudiera
volver atrás, elegiría no equivocarme”
Del libro “Los
Lobos Solitarios de la Siberia”
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