22.5.09

La Muerte del Cordero (fragmento)

Capitulo XXIII: La Muerte del Cordero

PALABRA DE LOBO: "No tengas miedo. Ya no hay asesinos sueltos. Ya la vida no te hará entristecerte. Ya falta poco. No es un consuelo tonto. Elegimos este camino juntos. Y dentro de unos pocos minutos todo terminará. Pronto tus sueños se volverán realidades y tus miedos olvidados. Las pitonisas no te harán sufrir y los demonios que prometían soluciones mágicas volverán al infierno de los mentirosos y de los pusilánimes.
Todo acabará cuando deje de morderte. Cuando tu vida se acabe, serás. Y sobre el claro de luna más hermoso de este particular valle, el viento se moverá en tu nombre. No existe el olvido para ti, mi amado cordero. No existe el desencanto en estas alturas. No tengas miedo, te lo repito. Aquí estoy yo, para cuidarte, para ser quien debo ser. Si tienes frío yo te voy a abrigar. Si el sueño te vence no te resistas, es más grande el despertar próximo que la triste verdad que te recorre ahora.

Cuando tu rostro sin vida contemple aullaré de tristeza pero sabiendo que estas en un lugar mejor. Donde ya no duele ser quien eres. Voy a estar contigo en todo momento, voy a esperar el fin a tu lado. ¿Ya no duele tanto verdad?"
PALABRA DE CORDERO: "Tantas noches escapando de mi cazador. Tantos escondites que pensé infranqueables. Tanta ilusión condenando mi espíritu para que me encuentres en el único lugar donde quise, en mi alma. Lobo no te odio, ni odio tu trabajo, ya te lo dije. Odio que no pueda ser como vos. Odio mis tristezas y mis vaivenes. Odio no ser Lobo siendo Cordero.
De tristezas me hablas, y de confianzas. Ya no quiero confiar más en nadie, quiero creer, que es distinto. Y en vos creo, porque sos lo que sos, y no puedo pedirte que dejes de serlo. Y voy a confiar en tu palabra de Lobo y en que no me vas a dejar solo. Cuando me cenes cenarás un amor eterno y así estaré junto a vos.
No es tu culpa mi amor, ni que haya nacido así. Soy un cordero ingenuo y jamás dejé de serlo, jamás hasta que te conocí, hasta que supe de ti y de tus palabras mayores. Con vos empecé a vivir y ahora muero en mi ley, en nuestra ley.
Ya no habrá más escapes, más persecuciones. Solo queda este instante y lo disfruto junto a vos.
Tengo frió, abrigame, abrazame con tus garras y no me dejes ir solo tan lejos.
Porque si un Lobo abraza a un Cordero antes de morir, el Cordero tiene tendido el camino de regreso a su valle y puede volver cuando sea. Aquí estaré yo. Cuando los árboles se muevan acariciando tus pelos maltratados y te den esa paz que solo nosotros podemos dar, sabrás Lobo de mi vida, que mi muerte en tus garras no ha sido en vano.
Ya no siento mi cuerpo, ni tengo más frío, quisiera agradecerte pero te conozco y sé que jamás lo permitirías. Es mi amor todo el agradecimiento, incomprensible y fantástico.
¿Esto es todo?"
PALABRAS DE RELATOR: El Lobo soltó a su presa. La observó en silencio por varias horas. Cuando se convenció de su muerte aulló tan profundamente que la noche quedó quieta, y hay quienes dicen que el cielo guardo luto al cordero con una noche que duro casi cinco días. El mismo tiempo que el duró el aullido del lobo. El momento de la cena había llegado, y el lobo allí esa noche, cenó a su más amada presa.
Tengo varias cosas más para decir pero serán en otro momento, espero fielmente sus comentarios, criticas y sugerencias. Gracias por alentarme a escribir y gracias Nito por tomar una posta para escribir cosas tan bellas e inteligentes, no posibles de comparar con los pobres aportes que puedo hacer yo.
Salud amigos, brindemos por todos nuestros lobos y todos nuestros corderos.
Niño

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cordero de dios, que quitas el pecado del mundo… ten piedad de nosooootros…. Siempre me inquieto esa parte de la celebración cristiana, donde todos juntos le implorar piedad al niño Jesús, al cordero…
Acaso los sacrificios nos redimen de nuestros pecados? Acaso sacrificarse te garantiza algún tipo de felicidad?

Desde ayer que estoy peleando conmigo misma para tratar de racionalizar si soy cordero o si soy lobo, sólo para darme cuenta que en mí coexisten los dos, aunque a veces uno resalta más que el otro…

Será la culpa cristiana que tanto me inculcaron de chica la que hace que siga tras la búsqueda de lobos que se que me van a comer y así y todo me sacrifico?

Acaso será que nos sentimos tan omnipotentes que pensamos que el lobo no nos va a comer o somos tan autodestructivos que buscamos que nos coma?

También cabe la posibilidad de que inconscientemente pensemos que los sacrificios nos purgan de todo mal, y por eso una tras otra, nos vamos entregando a lobos sedientos, de dudosa lealtad, que no sé hasta que punto pueden darse cuenta de la capacidad de amar del cordero, y qué aunque fueran capaz de darse cuenta, no sé hasta que punto les importa. Pero acaso importa si el lobo ama? si al fin y al cabo, él elige matar al cordero.
Si al fin y al cabo, el cordero decide recorrer el camino siempre e incondicionalmente* junto al lobo.



* incondicionalidad: una gran mierda.


niño, te quiero, y agredezco todo espacio donde pueda expresarlo.


tt.-


p/d: y aguante chuck mi técnico preferido de pc!!!!

Anónimo dijo...

"Cuando me cenes cenarás un amor eterno y así estaré junto a vos."

quiero que me vomiten, y me devuelvan mi vida.


tt.-


p/d: o que te atragantes con mi amor... y mueras como morí yo.