Si algo faltaba para que escriba un post así, fue la victoria macrista en capital. Macri, con todo el corazón te digo que te vayas a la reputa madre que te parió inepto. A los perdedores de la elección tengo solo para decirles un par de palabras: Hicieron una campaña de mierda y le entregaron en bandeja a este inútil la ciudad. Parte de la culpa de que gane Macri la tienen justamente aquellos que pelearon contra él. Ahora sin más presento este pequeño post. Espero comentarios. Saludos a todos!
Réquiem para el indignado
Desperté, con un dolor de cabeza propio de aquel que toma sin parar para olvidarse de una noche extraña.
Medio desnudo y todavía sin entender mucho que estaba haciendo me senté en la cama, algunos segundos mientras la cabeza jugaba a su propio juego de no quedarse quieta.
La poca luz que entra en el cuarto pega de una en mi rostro y me hace sentir una basura.
Miro alrededor, muchos cigarrillos fumados, cenizas, y una copa de cristal donde anoche serví uno tras uno los tragos de etiqueta negra que me supieron hacer olvidar.
No había llegado tan tarde a mi casa, pero me había indignado temprano. Es que no entiendo más a la gente. No entiendo como piensa, como siente, como dice lo que dice.
Ya me siento parte de ese gran grupo de gente que llaman indignados, pero no al estilo español, sino a esos indignados que miran alrededor creyéndose ser más, pero que por dentro saben que son menos.
Esos que todo critican, que creen mejores sus ideas. Ideas que lo llevaron a uno a estar donde esta. Solo y sin mucho que hacer al respecto.
No entiendo a la gente, no la entiendo. Y me siento solo en la oscuridad de mi pieza, busco el vaso de whisky, tres hielos y la botella negra. Sirvo el primer trago y busco entre los dvds que tengo, para encontrar aquello que siempre me hace feliz antes de dormir. Pongo una temporada de Seinfeld (en el orden que corresponde) y me pongo a ver como esos personajes, que no entienden a la gente se toman las cosas con humor.
Me voy identificando poco a poco con cada uno de ellos, pero más que nada con el que a la lejanía es mi álter ego, George Constanza. Ese pelado, gordo y bajito que no encuentra nunca un trabajo que le guste, que vive con los viejos y al que las mujeres no le duran porque comete errores o porque la vida le hace jugar malas pasadas.
Me río de George, como me río de mi mismo. Veo en sus problemas mis problemas, mientras el whisky ya esta frío y lo empiezo a beber despacio, porque es una bebida para beber con cuidado, con gracia, casi con respeto.
Creo que me rió para no tener que ponerme mal, para no indignarme, para no sentirme un pelotudo autóctono. Un tipo de esos que se sienten tan mal que no lo pueden creer, un tipo que trata de remar contra corrientes que son imposibles. Porque parece que el mundo esta contra uno de vez en cuando.
Y siento ese vacío en el corazón que tantas veces sentí, a otros niveles. Y justo en mi show favorito, que vi miles y miles de veces, y que seguiré viendo se da esta frase: “¿Cuál es el punto? Cuando yo les gusto no me gustan y cuando me gustan yo no les gusto. Hay un vacío, un vació Jerry…”. Y una carcajada sale de adentro mío como quien aplaude a un artista en vivo cuando lo que acaba de decir lo tiene a uno con los sentimientos a flor de piel. Lo aplaudís porque no podes decirle “tenes razón, a mi me pasa lo mismo” porque el tipo no lo va a escuchar nunca entre tanta gente.
Y mientras la serie sigue al mismo volumen, mi cabeza se va para recordar la noche y lo que ocurrió. Las charlas que se mantuvieron, las razones que se objetaron y las risas que se sucedieron.
Es que no entiendo a la gente ya. Uno sale con personas para entenderlas, pero no lo logra. Uno se reúne con personas para interactuar socialmente, pero llego al punto en el que miro y digo “¿Qué hago acá por favor no puede ser, me tengo que ir pronto porque sino termino matando a alguien?”.
¿Como es posible que no entienda las señales? ¿Cómo es posible que siempre malentienda todo lo que sucede a mi alrededor?.
Seinfeld sigue su curso en la computadora, y yo despistado por el segundo trago de etiqueta negra que ya se va acabando en el vaso. Empiezo a sentir sueño y entonces bostezo.
Se me ocurren varias ideas para escribir; porque además de todo esto soy un escritor frustrado, de esos a los que varias veces le dijeron “tus palabras son tan amorosas y son tan dulces, es increíble lo que escribís y cómo lo escribís y lo que me haces sentir cuando te leo” y acto seguido me dan un beso en la mejilla y se van silbando bajito y no las vuelvo a ver.
O peor aún, soy uno de esos escritores que escriben inspirados en alguien, y ese alguien lee lo que uno escribe y no es capas siquiera de dar a una opinión por más pequeña que sea. Eso es lo que más le duele a un escritor, por más horrible que sea cuando escribe. Que lo que tenía destinatario no tenga la entereza de agradecer o de criticar al menos lo que uno con mucho o poco esfuerzo pudo hacer.
El amor sin destinatario está condenado al olvido. El poema que no es leído o que no provoca nada, es como el amor sin destinatario. Nadie recuerda los poemas que no nos hicieron sentir mejor. Nadie recuerda el dolor de un poeta si no siente sus poemas. Pero el dolor del poeta ignorado es muy grande. Porque si el que ama lo hace con pasión y con locura y pone el corazón en el amor que siente, y a cambio recibe rechazo, puede irse tranquilo. Triste pero tranquilo, porque su amor provocó algo, una reacción, un beso de despedida, un odio general. Pero si el amor genera ignorancia, es que todo lo que el amante remó no sirvió para nada, ni siquiera para el desden más básico.
Así es el escriba también. Incluso el peor escriba, cualquier de ellos. Un cuento, un poema, un libro, una novela, una moraleja. Todo lo que uno escribe o lo que cualquiera escribe tiene destino. Y en el destino puede encontrar rechazo o aceptación. O una mezcla de ambos que es la que encuentre siempre aunque no lo sepa.
Pero encontrar nada es haber equivocado el rumbo, encontrar siquiera un comentario, una reseña, una sonrisa o un escupitajo, eso al escritor lo hiere de muerte.
Imagínense un jugador de futbol metiendo un gol y que nadie se lo grite, incluso habiendo gente en las tribunas. Imagínense un cantante haciendo una serenata bajo una ventana y que de la misma no salga nadie. Piensen en un poema de convencimiento, uno de esos poemas que se escriben para decirle al destinatario “acá estoy, ojo que soy más de lo que ves”, y no hay respuesta. Ni siquiera un “¡sos mucho menos de lo que crees!”.
Y me indigno más y más. Y siento que la vida es una gran joda y que en cualquier momento saldrá alguien de entre la gente y me dirá “era un chiste boludo, ¿no te vas a creer que todo esto que te paso, que parece escrito por alguien, esta pasando enserio?”, pero eso no pasa, la vida es una gran joda orquestada por alguno que se debe estar cagado de risa como yo, cuando veo a George en Seinfeld. De la misma manera, se ríe porque no puede llorar conmigo, porque no sufre lo que yo sufro o porque no siente lo que yo siento.
Y hasta en ese detalle me detengo a pensar, y ya el whisky del vaso termino su recorrido una vez más.
Y lo peor era ver como yo había arrancado el día de hoy. Lleno de expectativas, lleno de emociones de “hoy puede ser un gran día” y termino borracho y acostado, pensando como no entiendo a la gente.
Todo sigue igual, la vida no es alegrías constantes, sino pequeñísimas gotas de felicidad en un gran mar de malas noticias, mala onda y malos resultados.
Es así mis lectores. Me desperté triste, indignado mejor dicho, y cuando caminaba por la calle trataba de ver a la gente pasar y pensaba por lo bajo “soy yo el del problema ¿no?. Mira a toda esa gente, sonríe, esta bien, esta feliz. La vida no es tan mala para los demás. Supongo que debe ser porque uno ve en sus desgracias las mayores y más difíciles y no ve a los demás. Ese es quizás el mayor egoísmo de todos.”.
Y ahora escribo esto, sabiendo que no va a llegar al destino esperado, y de llegar, llegará muy tarde.
Durmiendo encontré un poema que no se si escribí o que robe, decía más o menos así…
Del beso esquivador
En este mundo del revés
las historias se repiten
el villano es héroe
y el valiente ya murió
Subido a una ilusión
de un beso quimero
esquivo y con razón
vi el final de la acción
Y no es el padre el asesino
y no es la muerte siempre el final
Cuando el perverso nene nos engaña... ay Vida!
Y no es oro lo que reluce
no es tan viejo ese refrán
Brindemos por el beso esquivo... ay Vida!
El que pierde jamas encontró
Mientras el creador ríe solitario
Fuerzas de donde no hay
Saco y creo en mi Rosario
Escuchen aquí este cuento
que parece un buen chamuyo
Solo que esta vez es cierto
Yo lo grito con orgullo
Y ahí va el gondolero
remando por la Venecia hermosa
Primor, reina y preciosa, son razones... ay Vida!
Y donde no veas al remador
esta allí en secreto laburo
suele ser el primero en cerrar los ojos...av Vida!
suele ser el primero en cerrar los ojos... Ay Vida!
para soñar con el beso esquivo!
3 comentarios:
Tengo un sueño, dorado, imposible,
tan hermoso que todos lo quieren.
Y otro negro, perverso y terrible:
el que no se despierta se muere.
Tengo aquí, para dar a los pobres
lujosísimos sueños reales.
Son los mismos que sueñan los reyes,
al soñar somos todos iguales.
Me pasa lo mismo niñato.
NO ENTIENDO A LA GENTE. ESH IMPOSHIBLE!
Y en gente, estoy yo incluída...
Un quilombo.
Si en algún momento salta ese alguien para avisarte que todo era un chiste, mandalo para acá. Por favor.
Hasta que aguantemos.
Beso niño
Muy bueno lo suyo..de jóvenes ya sabia yo que tenia pasta de prosista. Y no se sienta solo..yo tampoco entiendo a la gente...o es la gente que no me entiende a mi.. todavía no lo resuelvo jaj saludos
Aldana Fernández
Publicar un comentario