5.9.11

El tesoro de los Divorciados (Borrador)

Como es mi costumbre, volví del recital que Indio dió en Junin. Mientras volviamos se me ocurrieron ciertas consideraciones. Este es el primer borrador de las mismas. Espero lo disfruten.
Dedico este post a aquellos que han sabido bancarme en el viaje y con quienes hemos tenido un hermosisimo reencuentro. A los nuevos amigos y a los de siempre. Gracias por hacer este viaje nuevamente tan especial...
Abrazos para todos!

EL TESORO DE LOS DIVORCIADOS (PRIMERAS PALABRAS A MODO DE REFLEXIÓN)

No es solo una noche mas. Hay miles de corazones que van hacia la misma ruta.

Se nota en el ambiente que es de alegría. Lagrimas caen y entre rezos de alcoholes el clima se va pareciendo cada vez mas a aquellos momentos.

Esos momentos que fueron tan encantadores. Esos momentos de hervidero que nos hicieron emocionar también.

¿Es cruel el objetivo? La afrenta es muy complicada y las almas cansadas del olvido pueden no descansar en paz.

Somos chicos de padres separados que nos encontramos acá con nuestros hermanos bastardos de otras latitudes.

Homenajes caen como las ultimas gotas de sol cuando los cuerpos saben adonde se dirigen. Y es quizás en ese elixir que bebemos donde encontramos satisfacción esperando ese gran momento.

¿Cuando y adonde llegaremos?

Fracasamos en el intento de creernos inmortales y todopoderosos.



"Papá y papá no sienten lo mismo. Creemos que lo mejor es tomar otros caminos hasta ver que nos depara la vida".

Mama mira en silencio. No quiere interrumpir lo que están diciendo nuestros padres.



"Es por mi? Hice algo malo?" Nos preguntamos en vano porque en el fondo de nuestros corazones sabemos la respuesta y no es necesaria la aclaración.



Salidas programadas es lo que viene. Ya no hay cenas juntos todos. A misa solo vamos cada tanto y con esa boba pero no por eso menos hermosa esperanza que nos hace felices. Buscamos a papá en el altar o por ahí cerca. A veces las copas bebidas nos hacen sentir que esta ahí. Muy cerca. Escondido. Viendo que hacemos.



A veces somos menos hermanos los que nos encontramos. Reuniones pequeñas donde papá no habla del tema e incluso se enoja cuando le preguntamos por papá.

Somos malcriados y él lo sabe. Por eso se enoja, pero pronto nos perdona la irrespetuosidad.

Se hace el frío, el que no siente tanto cada vez que nos ve. Pero papá sonríe y nos demuestra su cariño con acordes nuevos. De una luz que todavía esta intacta.



A veces, los encuentros son mas complicados. Somos mas y tenemos que caminar mucho para ver a nuestro otro papá. Es diferente lo que se siente. Papá es diferente.

Con él somos mas sinceros tal vez. Es de él de quien esperamos el gesto.



"Quiero que vuelvan a estar juntos. No puedo seguir así". Casi llorando, emocionados nos permitimos gritarle. Papá también sonríe. Y rápido sale del paso con una de esas notas que todos sabemos. Esas que cantaban en la época feliz. "Maldición. Va a ser un día hermoso" y nos transportamos.



Que fácil es convencernos de estar tan lejos. Cuanto orgullo.

Papá es complicado. Se ve que no tuvo un buen día y se le nota. Se lo ve cansado. Enfermo quizás. Papá está grande, mañoso, y no va a seguir nuestro ritmo mucho tiempo más. Tiene derecho de vivir su vida, mientras nosotros comenzamos a hacer la nuestra.



Nuestro encuentro no es el mejor pero es inigualable.

Las emociones se sienten y entre los hermanos nace o crece amor.



No hay nada mas hermoso que sentirse igual que otro hermano. No hay nada mas dulce que emocionarse ante el mismo estimulo.

"Un hermoso día el de hoy. Ay! Que bello día el de hoy. Esta para desatar nuestra tormenta...". Y una mirada puede cruzarte la vista. Y como hay magia en el ambiente podemos penetrar esos ojos y ver en el alma del otro y sentirnos por lo menos por un ratito no tan solos y sin amor.

Porque el amor esta ahí. En el centro del altar. Y el amor esta en cada uno de los participantes del encuentro.

Es ese amor que nos mantiene unidos a pesar de la separación. Es ese amor el que nos deja ser y nos hace felices. Y que mejor lugar para demostrarlo que frente a papá.

Papá y papá se separaron. "Pero yo los quiero tanto que me hacen daño" gritamos. Casi melancólicos. Porque esperamos una respuesta.



Que noche tan maravillosa. Donde el amor existe y se ve. Donde se siente.

Donde yo puedo mirar alrededor y sentirme menos desdichado porque hay amor y es tan hermoso que no puedo no llorar de emoción.

Hasta la próxima vez compañeros hermanos. Tal vez algún día sean perdonadas las ocurrencias y los modales. Y no domestiquemos mas a nadie. Debemos entender que papá y papá son grandes y tienen derecho de rearmar sus vidas.

Pero ellos también deberían de pensar que hay miles y miles y miles de razones para juntarse. Aunque sea una vez para podernos volver a ver y recibir al mismo tiempo el amor de papá y el amor de papá.



Mientras tanto, el homenaje cruel cae sobre las sombras de una noche que se va agotando y llega a su fin. Y las caravanas parten con rumbos diversos. Algunos sobreviven, otros mueren en la noche. Las luces se hacen esquivas, el silencio le gana a la euforia y a los corazones cálidos que aun no recuperan su fuerza. Cada hijo, cada hermano recuerda lo vivido hace horas. Cada cual va haciendo su reconstrucción, y piensa en ese momento en el que el corazón salió por la boca, en el que esa lagrima cerrada corrió por los ojos. En el que el corazón encontró unos ojos tiernos donde detenerse. En donde vimos vivos aquellas pequeñas cosas hermosas que hace esta vida un hermoso sentimiento.



Escuchen la historia de los heroicos sobrevivientes que estamos aquí hoy, bajen la cabeza, dejen de lado esa puta verdad de cada uno. No hay nada más hermoso para un hijo que vivió mucho tiempo con sus padres que volver a verlos juntos, aunque más no sea un homenaje a todos esos hijos bastardos que están vivos, y que buscan en el Tesoro de los Divorciados, el mejor ejemplo que nos pueden dar como padres. Humildad, agradecimiento y una multitudinaria demostración de amor. Después de eso, todos podremos descansar en paz.



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